Invivibles

Si partimos de la base de que sólo existe aquello que se puede nombrar, escojo los nombres que conforman mis tres ciudades “invivibles” -La Laguna, Las Palmas y Madrid-, y busco la manera de designarlas, ya no sólo por su nombre propio, sino por los nombres de las calles que la atraviesan y los nombres de las personas que la habitan.

Su orden y elección no es aleatorio, pues hablo de de las calles que he vivido y de las personas con las que he compartido algún momento relevante dentro de mi cartografía vital.

Siendo así, el caligrama es la técnica por la que me decanto y presento dos tipos de polípticos. En el primero creo un dibujo oscuro, un mapa de direcciones impracticables que se amontonan, entorpecen y suceden sin final, como lo hace el centro de una urbe, desorientando al transeúnte que pisa su emplazamiento por primera vez. De entre los cuerpos de esta tipografía emerge el nombre de la ciudad a la que pertenecen, y lo hace en blanco, como un edificio que interrumpe ese mar de rutas. El otro dibujo que constituye el políptico muestra su negativo. En este caso sólo aparece el nombre de la ciudad atravesado por líneas vacías. Su interior abarca un callejero con calzadas que han perdido su nomenclatura y que por tanto, son imposibles de reconocer.

En segundo lugar elaboro un dibujo oscuro, un tropel de nombres propios de personas, una marabunta de gente que transita esa ciudad, que la habita, le da vida. De entre estos alias, vuelve a emerger el nombre de la ciudad, como si fuese lo único común a todos. En el otro dibujo, el negativo, también vuelve a aparecer el nombre de la ciudad, dentro de ésta se aprecia un fragmento de un retrato anónimo, un individuo que ya sólo se llama “Madrid” o “Las Palmas” o “La Laguna”.



Callejero de La Laguna
Joaquín Artime © 2014
Tinta sobre papel.
18 x 24 cm.



Calles de La Laguna
Joaquín Artime © 2014
Tinta sobre papel.
18 x 24 cm.

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