Rigoberta Petunia






Rigoberta Petunia
Joaquín Artime © 2012
Tinta, papel.
7 x 5,2 x 0,2 cm.
Rigoberta Petunia
3012 - 2011

Nuestra heroína nace en un tiempo incierto, sin subvenciones. El mundo es gobernado por un poder totalitario, ambidiestro y pedófilo bajo el nombre del G3. Carrillo, Fraga y Walt Disney han sido descongelados por los Fraggle Rocks para ponerse al frente de la presidencia mundial. Ilustres miembros abanderan la calidad del gobierno: Michael Jackson en el Ministerio de Educación y Guarderías, Federico Rato en el Ministerio de Economía Doméstica y Cajas de Galletas de Cereales, y Xuxa en el Ministerio de Juventud, Deportes, Guachinches y Chiringuitos.

Las gentes del lugar se muestran conformes y satisfechas cuales zombies recién comidos tras un empacho visual de Big Brother Jersey Shore. Sólo existe una joven vegetariana que estudia incansable en las ruinas de la Biblioteca Pública del Estado de Las Palmas ante el hermoso paisaje que ofrece un océano negro marino. Ella anhela un tiempo pasado que ahora se antoja mejor. Tras largas horas reflexionando ante los grandes volúmenes de los extraordinarios artistas que residieron en los estudios de La Regenta llega a una conclusión: recuperar lo perdido. Aquellos genios que producían en tiempos adversos para la cultura suponen un aliento para su maltrecha vida.

Siendo así, dedica años a estudiar física cuántica. Punset se convierte en su guía espiritual. Y gracias al documental “Rocky Horror Picture Show” da con la tan esperada clave. Cuando después de varios fracasos, nuestra joven heroína, que se había entregado en su frustración a las drogas más duras, logra construir la máquina del tiempo, viaja al pasado, y aunque quiere encontrarse con la tercera generación, ella aparece un año antes para conocer al regentito reserva, aquel que está íntimamente vinculado al universo de la botánica turística.

La joven llega para quedarse y entre ellos surge una gran amistad, aunque en su interior ella siente un enormísimo amor que guarda en secreto. Cuando parece que por fin todos sus intentos están dando frutos, fallece debido a un ambiente muy poco contaminado y la promesa de una tierra que nunca llegó. Ella, que estaba acostumbrada a procesar grandes dosis de óxido de carbono, ve cómo su organismo no responde a las sanas cantidades de oxígeno semi-contaminado.

No hubo velatorio, ni funeral, ni asistentes. Su cadáver reposó para siempre oculto entre las estanterías de neopan de los estudios. Ni las limpiadoras se dignaron a trasladar su esqueleto, pero no importó, porque todos los lunes, miércoles y viernes, veía al regentito primaveral. Fue eso lo que provocó que su espíritu permaneciese en aquel lugar. Y por las noches, ayudada por las ondas del microondas, subiese y bajase por en el ascensor, arrastrase cadenas, susurrase palabras en otros idiomas del futuro, reflejase su imagen en el espejo, sacudiese las planchas del techo, encendiese las luces de las escaleras, y gritase: “TÉ VERDE CON SOJA, LECHE DE AVENA, ABRE LA PUERTA. ¡¡¡MUERTE AL TRIGO!!! Y SOBRE TODO, ¡¡¡NO COMAS RISIS!!!”

Su intención, aún hoy, es ahuyentar a los regentitos para quedarse a solas con su jardinero. Y como no lo consigue, da rienda suelta a simposios filosóficos con sus amigas las cucarachas de pequeño, mediano, normal y gran tamaño.

PS: Difunda Papel Engomado, de lo contrario, en siete días, este fantasma se le aparecerá.

Texto de Joaquín Artime, Roberto Canedo, Jose J* Torres, Adassa Santana y Josefran Santana


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