
Ayer participé en KEROXEN 10, El Tanque (Santa Cruz de Tenerife), con una coreografía de Élida Dorta ideada expresamente para una canción de Pumuky.
La experiencia ha sido fantástica. Y aunque todavía no sé exactamente cómo quedó, sí que tengo muy presente la sensación que me dejó: enormemente positiva. En primer lugar, porque Élida es una de esas personas que irradian una energía especial, un brillo particular, inimitable, de amor por las cosas y respeto. Luego, porque he tenido la oportunidad de trabajar con un grupo grande, de unas treinta personas, y cuando uno desarrolla una actividad tan solitaria como la pintura, agradece algo así. Otro punto a favor, fue que mi padre se apuntase al acto. Y por supuesto, estar en comunión y conocer a gente nueva.
d
d
Comentarios
Publicar un comentario