¿Quién dará nombre a la emperatriz de Fantasía?

Me revolotea una idea, como mariposa de la discordia, cetrina, con alas hechas de polvo de cenizas. En ella, las hadas mueren. Las sonrisas decaen. Los globos estallan en sangre. El ave fénix se calcina por última vez. Los cocodrilos no guardan el tiempo en su barriga. Casiopea sólo se refiere a una constelación. Los patitos siempre son feos. Las manzanas, veneno. Los niños perdidos jamás encuentran el camino de regreso a casa. Los sueños se nublan con tormentas de furia y miedo. Las camas se hacen con sus propietarios dentro. Las brujas comercializan pociones de hecatombe y caos. Las princesas duermen eterna espera. Los paladines se tornan simples cobardes. El infierno se escabulle de la cueva. Las sombras toman la luz del día. Se pierden los colores. Sin espadas ni varitas. Sin bondad o pureza. Se terminan las baldosas amarillas, los oráculos, los grillos de la suerte. No habrá más té para el Sombrero Loco. Ni besos que hagan estar de vuelta. Las bestias, los fantasmas, los orcos y demonios reinarán sobre la tierra. La Nada infectará el mundo, lo corroerá, lo reducirá a falta de esperanza. Y cuando eso ocurra, ¿quién dará nombre a la emperatriz de Fantasía?

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Alice