En efecto, La ciudad invisible ha llegado a su final. En esta parada de tierras de ensueño, terrenos baldíos, sequía, inspiración y magia, hemos disfrutado de un paisaje irrepetible. Ahora que se marcha, se transforma, no quiere olvidar.
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En otras palabras, el título del blog cambia, el espíritu permanece igual. Cuando concebí este espacio, supe que nunca se quedaría con el mismo nombre. El camino es largo, y deseo recorrerlo paso a paso. In memóriam se presenta como un lienzo en blanco. Y a él, les invito.
Buen viaje, querido.
ResponderEliminarTe sigo...