Miembro del Jurado

Como el año pasado resulté ganador del V Certamen de Pintura Dimas Coello 2008, han querido contar conmigo como miembro del jurado de esta edición 2009.
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La verdad es que llevaba años deseando ver qué sucedía al otro lado de un concurso, no como participante, sino como persona invitada que delibera sobre qué es merecedor y qué no. Durante todos estos años he visto muchos concursos. A veces mi criterio coincidía con la obra elegida como ganadora, otras discrepaba por completo, y algunas pocas, resultaba ser yo el ganador (y en esos casos, prefería no darle demasiadas vueltas, ni para bien, ni para mal, me limitaba a disfrutar el momento).
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Al principio, cuando no me seleccionaban o no ganaba algo, me sentía desinflado. Veía como obras que, a mis ojos, eran malas (seamos claros), se llevaban premios cuantiosos y de reconocida trayectoria, y obras buenas se iban de manos vacías. La suerte, me decía, es un factor fundamental. Y en cierta manera lo es. Todo depende de un millar de factores. Depende de los miembros del jurado, de su gusto estético, del sistema de votación, de los puntos concedidos, de las obras expuestas, de que ningún cuadro se parezca al tuyo (porque la gente se copia de forma descaradísima, y como víctima que he sido y soy, he de decir que cada día lo veo con mayor frecuencia) o se desligue de los demás por una cuestión casual, es decir, si en una cesta de manzanas la mayoría que se meten son rojas, es evidente que la verde destacará sobre las demás (y no, no pretendo ser Ana Botella).
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Esto ni es injusto, ni es errático, es puro azar. Ganar un concurso no sólo depende de la calidad de una obra (aunque debiera ser así), depende de que los planetas se alineen a tu favor. De que un grupo de personas que no se conocen, se pongan de acuerdo para conceder uno, dos o tres premios, según la ocasión. Y si ya es difícil que se pongan de acuerdo los miembros de una misma familia, sólo hay que imaginar.
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Con el tiempo aprendí que mis obras no eran mejores o peores por ganar un concurso o no. Y cuando me comenzó a dar igual, empezaron a caer los premios. Paradojas de la vida. Hoy por hoy, para mí, ser seleccionado y exponer, es un gran privilegio. Lo demás es un plus, no lo vamos a negar, pero no me quita el sueño.
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En cuanto a mi experiencia como jurado, ha sido positiva, pero una de tantas posibles. Podría haber ido mejor, o peor. Se votó y luego se deliberó un poco sobre lo que había salido. Hay quien no tiene claro cuál es su criterio y se deja llevar por lo que dicen los demás. Tal vez porque les da un poco igual a quién y cómo. Hay quien trata de imponer su criterio a toda costa y se cruza de brazos esperando que el otro ceda. Se discute sobre qué es pintura. Y sí, hay muchas diferencias al hacer la puesta en común. Al final gana lo más votado. De lo que yo voté (En un ataque de justicia di mi voto a uno que me copia/me ha copiado, porque no había nada mejor, y cosas de la vida, nadie más lo votó), sólo salió un premiado, y muy de rebote. ¿Es injusto? No, es democracia.
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PD: La entrega de premios y la inauguración de la exposición será este jueves 23 de Julio a las 19.00 h. en el Ayuntamiento Viejo de Candelaria. Mis felicitaciones a los ganadores.

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